Introducción:
“Hambre de soja”, es una película que analiza los efectos negativos del monocultivo de soja
transgénica: hambre, desempleo, empobrecimiento del suelo, contaminación
por el uso de glisofato, deforestación, etc. Incluso averigua sobre los
prejuicios a la salud que puede generar su cultivo.
Brinda un buen panorama, de lo que es este cultivo,
la soja.
Se trata de la producción de soja transgénica, ésta, contamina
el medio ambiente, disminuye la fertilidad del suelo y aumenta la desocupación
entre los trabajadores rurales.
La soja permite aumentar
la producción, pero produce la desertificación del suelo, una masiva
contaminación ambiental, pérdidas irreparables en la biodiversidad de ambientes
naturales, la desaparición de alimentos básicos, y un aumento de la
desocupación, el hambre y la indigencia.
“Hambre de soja” permite
descubrir la otra cara del cultivo de soja transgénica en la Argentina.
Se trata del
modelo de la soja que a su paso va expulsando a hombres y mujeres de sus
tierras, dejando en su lugar grandes desiertos verdes. De este modo, se fue
configurando la gran paradoja argentina: a más producción, más hambre y
exclusión.
Desarrollo:
En el extremo sur de Sudamérica, le República Argentina
tiene una de las llanuras mas fértiles del planeta, la pampa argentina.
La llanura pampeana, es utilizada para actividades
agropecuarias, es la fuente de riqueza más importante de Argentina.
La agricultura argentina incorporó tecnología que
permitió disminuir los costos y aumentar la producción, se basa en el cultivo
de soja.
El monocultivo de soja produce efectos negativos en
la fertilidad del suelo, la desaparición de alimentos básicos y una masiva
contaminación ambiental.
La cantidad de soja producida en la Argentina podría
alimentar a más de 100 millones de personas.
La mitad de la población vive por debajo de la línea
de pobreza y no puede acceder a una alimentación adecuada.
Antes se cultivaba diferente, con cultivos mixtos.
Después de treinta años se dejaron de producir estos alimentos variados para
darle lugar al cultivo de soja y otras materias primas más baratas. Se destruyó
una producción equilibrada.
El cultivo de la soja transgénica es más barato que
otros, obtiene un margen de ganancia mayor y requiere un cuidado mínimo.
El glisofato es un veneno que mata a todas las
plantas menos a la soja transgénica. El uso masivo de éste, contamina el medio
ambiente y aumenta la desocupación de los trabajadores rurales.
El sistema de siembra directa contribuye también a
aumentar las ganancias ya que al trabajar menos la tierra se emplea menos
personal y se gasta mucho menos combustible. El precio de estas máquinas es muy
elevado. Reduce el trabajo de los agricultores.
Casi toda la soja que se produce es exportada como
materia prima industrial para países de primer mundo.
La soja transgénica es el principal producto de exportación
en la Argentina. Cada
año se lanzan al mercado máquinas más nuevas, grandes y rápidas que posibilitan
un ahorro mayor de tiempo, de personal y de trabajo.
Los agricultores que tienen campos pequeños no ganan
lo suficiente para producir soja y no tienen otra alternativa que vender su
campo a los grandes productores de soja.
La soja transgénica genera una enorme desocupación
porque su cultivo casi no necesita personal.
Los productores algodoneros se dedicaron al cultivo
de soja y la producción de algodón cayó en un 80%. Al desaparecer el algodón
los recolectores pierden su trabajo y se concentran en los pueblos.
Los desocupados por el algodón cobraban gracias al
gobierno $150, pero esta cantidad de dinero no les alcanzaba para alimentar y
mantener a su familia, y por este motivo, necesitan y quieren volver a su
antiguo puesto de trabajo.
Los suelos agrícolas están perdiendo su partilidad
por el monocultivo de soja. Para que la tierra sea fértil se tienen que
intercalar cultivos de distintas especies. La variedad de producciones
enriquece los suelos y mantiene su vitalidad.
La repetición del mismo cultivo agota los suelos y
produce una pérdida acreciente de su fertilidad.
El actual sistema agrícola argentino esta basado en
el monocultivo de soja y los problemas ya empezaron.
Con el monocultivo de soja, la siembra directa pierde
sus beneficios.
La soja deja muy pocos restos vegetales y su aporte
de materia orgánica al suelo es mínimo. El monocultivo de soja deja los suelos
desnudos y desprotegidos después de cada cosecha.
La soja necesita muchos nutrientes para crecer y
madurar. El efecto de ésta, es devastador.
El monocultivo de soja transgénica termina con la
biodiversidad. La población argentina sufrirá más desocupación y más hambre. En
los comedores se come soja varias veces por semana, sin embargo el consumo
desmedido de soja puede traer problemas a la población. Les resulta difícil encontrar
carne, y otros productos importantes para una alimentación completa y
saludable.
Los comedores no tienen materiales suficientes y
necesarios para poder cocinar como se debe a la los porotos de soja.
En los barrios pobres de la Argentina, el hombre y la
desnutrición atacan a la población. El consumo de soja es peligroso para los
niños chiquitos, afirman los pediatras. La soja absorbe alimentos esenciales,
que se necesitan para un proceso normal, y no es un alimento completo, aporta
muy pocas calorías.
La soja transgénica es más barata de producir que la
común y deja un margen de ganancia mayor.
La Argentina está asistiendo a una transformación sin
precedentes en su agricultura, una transformación que ha cambiado calidad y
cantidad.
La agricultura Argentina se ha cambiando por una
agricultura industrial.
Conclusión:
"Hambre
de Soja" (2007) es un documental realizado por Marcelo Viñas sobre las
implicaciones que la producción de soja transgénica está teniendo en su país,
Argentina. Muestra el actual modelo de monocultivos de soja transgénicas y sus
consecuencias.
Los puntos relevantes de la película son la
explicación de los efectos económicos y políticos de la sojización, tales como
el aumento de la desocupación por el despoblamiento del campo. También los
problemas de producir un alimento que no forma parte del menú de las familias
argentinas y los herbicidas usados para mejorar la producción que contaminan la
tierra.
“Hambre de soja” permite descubrir la otra cara
del cultivo de la soja transgénica en la Argentina.
En los
últimos años la agricultura Argentina aumentó su producción a niveles antes
nunca imaginados gracias al cultivo de la soja transgénica. Sin embargo, esta
soja es el principal enemigo que tiene la Argentina como país agropecuario y productor
de alimentos. La soja permite aumentar la producción, pero produce varios
efectos negativos en la tierra y población.
Lo
que no se nombra en la película es la manera de cambiar este modelo de
sojización, pero aporta buenos datos, sobre la sojización, agriculturización y
economía actual de la
Argentina.
El actual
modelo sojero en Argentina ha arrebatado a la población la debida alimentación
y sus grandes tierras.
RESUMEN T.P. HAMBRE DE SOJA.
Las
actividades agrícolas, en la Argentina, son desarrolladas en la llanura
pampeana.
La
agricultura argentina se basa prácticamente en el cultivo de soja.
El
monocultivo, en este caso de soja, produce un efecto negativo en la fertilidad
de los suelos y contaminación. Para que no pierdan esas proteínas que necesita
el suelo, se debe hacer una cultivación variada y mixta, no es favorable el
monocultivo porque agota al suelo y hace que pierda fertilidad.
En
la actualidad se usa el veneno, llamado glisofato, que mata a todas las plantas
excepto a la soja. Pero su uso masivo, hace que crezca la contaminación de los
suelos.
La
soja transgénica es el principal producto de exportación en la Argentina.
Genera una enorme desocupación porque su cultivo casi
no necesita personal.
Algunos agricultores que tienen campos chicos, no
tienen otra alternativa que vendérselos a los grandes productores de soja.
La
soja reemplazó al algodón, y los productores de éste, tuvieron que dedicarse a
otra cosa, o quedarse sin empleo.
La agricultura
de ahora, esta basada en el monocultivo, y por éste, los suelos no están en
perfectas condiciones. Se tienen que mezclar cultivos de distintas especies a
la hora de plantar.
El
aporte de materia orgánica que deja la soja al suelo, es mínimo, y esto no lo
ayuda.
La
soja necesita nutrientes para crecer y madurar.
En
la película, una pediatra contaba y explicaba, que la soja no es recomendada
para chiquitos menores de dos años. El consumo excedido de soja, puede traer
enfermedades a la población, la cual sufre de hambre, porque estos comedores,
no tienen los alimentos necesarios para una buena alimentación.
La
agricultura esta cambiando, y lamentablemente, es para peor.
“Hambre
de soja” explica los efectos negativos que provoca el monocultivo de la soja en
el territorio argentino.
buenisimoooo
ResponderEliminarmuy buen explicado
ResponderEliminarrealmente asombroso, lo que me encanta de esta pelicula es que deja bien claro que esta mal todo el avance de tecnologia, para que queremos tecnologi? estamos dejando gente sin trabajo, mejor volvamos a cuando no habian maquinas, cuando no habia nada que facilitara el trabajo, como por ejemplo antes de la revolucion industrial, cuando el pueblo no tocaba un libro ni tenia ningun derecho, parece una epoca adecuada para esto.
ResponderEliminarmuy buen resumen!! No vi la pelicual y la tenia que ver para una clase y gracias a este resumen pude participar en clase y quedar bien!!! Graciaaaas!
ResponderEliminarMuy buen resumen y completamente explicado
ResponderEliminarGeniooo te amo
ResponderEliminarGenio el profe que dio esta actividad eh
ResponderEliminar(Sarcasmo)